Se llama así en honor al fraile nominalista del s.XIV, Occam.
La idea es que la explicación más simple de los hechos es la que se prefiere. O que las entidades explicativas no se deben multiplicarse innecesariamente. Es el principio de parsimonia científica.
En la argumentación atea se suele invocar de forma falaz la navaja de Ockham como si eso validara su posición automáticamente y a pesar de que las discusión entorno a Dios se mueve nivel filosófico, así como de interpretación de la realidad y de los hechos científicos.
El principio es útil en ciencia, pero se saca de contexto.
Precisamente lo que se discute es la capacidad explicativa de la realidad que pueda tener un modelo teísta en comparación al ateo y su consistencia interna. Y esto se hace a un nivel que reflexiona sobre los presupuestos e implicaciones de la ciencia.
Un problema adicional se da cuando el problema está en no estar de acuerdo con los hechos. Se da el caso confuso de que se mezclan los hechos con su interpretación. El ateo o agnóstico presenta hechos e interpretación como un hecho y nuestra tarea es desenmascarar esa situación.
Hay que ponerse de acuerdo primero en CUALES son los hechos, antes de discutir cuál es la explicación o interpretación más simple.
1 comentario:
"...las discusión entorno a Dios se mueve nivel filosófico..."
"El principio es útil en ciencia..."
Al estar en dos planos diferentes la discucion nunca llegará a algo concreto. Eso ya debes tenerlo mas que claro.
"Se da el caso confuso de que se mezclan los hechos con su interpretación." Exacto, pero es para ambos lados igual.
Lo que para ti es un hecho "Dios es", para otros es lo contrario, "Dios no es". Solo la argumentacion podria determinar cual es un hecho y cual no. Pero "la discusión entorno a Dios se mueve nivel filosófico" invalida incluso un significado comun para "hecho".
Saludos.
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