viernes, junio 26, 2009

Actitud condescendiente, burlona o de desprecio

En los diálogos con ateos ésta es una variante del simple insulto, pero más sutil y solapada. Es verdad que hay ateos que lo usan en combinación con el insulto directo.

Cuando son varios, pueden repartirse varios papeles. Uno hace de policía malo y otro de bueno. Uno insulta directamente y otro combina una actitud de aparente de diálogo con una actitud condescendiente. Otras veces el que insulta va alternando los papeles. En algunos momentos parece que dialoga, después pasa a una actitud condescendiente y burlona y acaba en el insulto directo. Todas las combinaciones son posibles. Por otra parte, no necesariamente son técnicas usadas conscientemente, pero sí que se ven con bastante frecuencia.


En la actitud de insulto se usa un ataque directo a la persona, su personalidad, su inteligencia, sus circunstancias o su conducta moral.

En la actitud de burla intenta asociar un estigma a una idea o afirmación hecha por el teísta, como la misma afirmación de Dios. Se sugiere que algo mal ha de haber en alguien que afirma semejantes cosas.

Presentan como un absurdo lo que afirmas y asocian tus afirmaciones con gente anormal, confusa o ignorante. Son sugerencias indirectas asociadas a una actitud condescendiente, pero sin argumentar el porqué de sus afirmaciones o porqué se desván del tema a tratar hacia comentarios globales de la psicología del interlocutor o de la psicología de sus afirmaciones en general.

El objetivo es el de siempre, esquivar el diálogo y los hechos. Muchas veces, si vas analizando el diálogo, sólo encuentras esas actitudes de desprecio y burla solapadas, pero sin argumentar nada en concreto.

En otras ocasiones la estrategia es combinar la actitud burlona y condescendiente con peticiones de más pruebas o de pruebas absolutas o extravagantes, peticiones de definiciones exageradamente precisas. Adicionalmente adoptan la falacia del blanco móvil y confusión de niveles de realidad.

Saludos

2 comentarios:

Diego dijo...

Esta es una actitud que debe ser identificada desde un inicio, pues toda discucion argumentativa que se aprecie de serlo, esta basada en el respeto a la otra persona y su postura. Si al argumentar intentamos convencer a la otra persona ¿no es ridiculo hacerlo de un modo insultante, aun de forma sutil?

Lo bueno (o lo malo) es que esta tecnica no pertenece a ninguno de los dos "bandos". No es dificil encontrar situaciones de "soy el iluminado y tu la oveja perdida", en comparacion al "yo soy culto y tu ignorante".
Sea cual sea la situacion, la argumentacion no funciona si ambos participantes no se ven como iguales, tan solo con ideas opuestas.
Saludos.
PD: Exceletes textos. Cada cierto tiempo reviso a ver si encuentro algo nuevo. Sigue asi.

Walter dijo...

Siguiendo con las aclaraciones:

Es el autor de este blog quien tiene un artículo donde se refiere en forma condescendiete, burlona y de desprecio a algunos académicos de renombre que sostienen que Jesús es un mito.

No presenta ni un solo argumento válido para refutarlos, solo se mofa de ellos y pretende descalificar su méritos para hablar de éste tema. Como si el pobre estuviera por encima de ellos.

No hay derecho. Es una verguenza que luego diga que son otros los que recurren a esas tretas, por favor.


Walter